Había una vez... un tren

Proyecto de Alumnos de Unidad Educativa Nº28

LAS VIVENCIAS

Jorge Boix, Diego Pacheco y Fredefildo Martín, son vecinos y ex vecinos de Toay, que trabajaron en el ferrocarril "del sur" (como se lo conoce en Toay).
Jorge Boix lo hizo ingresando al ferrocarril a los 18 años como "aspirante a fogonista". Luego de ingresar como aspirante debió rendir un examen a los seis meses del ingreso, con lo cual obtenía la categoría de "fogonista efectivo".
Transcurridos otros seis meses, rendía el examen de aspirante, y se lo autorizaba a trabajar en la locomotora (en mantenimiento, limpieza del humo de los tubos de la caldera). Se podía rendir examen para Fogonista, y de aprobar, se iba a trabajar a la caldera, con la función de mantener el fuego, controlando con el manómetro que la posición de la misma no sobrepasara la línea roja.
Cuando tenía 25 años, Jorge Boix rindió ante un inspector nacional para ser maquinista.
Para rendir, se preparaba con libros que le servían para estudiar, siendo el examen teórico. Al respecto, Jorge Boix recordó que en Hucal existió la escuela técnica "Benigno Paredes" (llamada así en honor a un instructor) que poseía la biblioteca. El señor Fredefildo Martín recuerda que las vacantes se publicaban en el boletín oficial y se pedían mediante examen.
Para la década del 30, venía de Hucal a Toay un maquinista de apellido Aguiar, que tenía la costumbre de embanderar las máquinas en las fechas patrias. Por medio del tren, se enviaba cualquier producto: lechones, pollos, si había leña de los montes de Toay, existiendo grandes aserraderos en Hucal y también en Epupel que hoy es un pueblo fantasma.
También llegaba todo por el tren, el pejerrey de la Amarga que llegaba despachado con barras de hielo producidas "en la usina".
En San Martín (denominado primero Villa Alba) había un tren de trocha angosta que traía la sal de la salina La Porteña a San Martín. De allí, se despachaba por tren.
Por medio de combinación con el Sarmiento, salía hacienda hacia el mercado. Fredefildo Martín recuerda que casi todo los días (generalmente lunes, martes y viernes), el tren salía de Bahía Blanca a Toay, para recolectar vagones de trigo, hacienda, leña.
El tren tenía dos tipos de bancos: 1º clase: de cuerina 2º clase: de madera
Otra vivencia relatada por Jorge Boix y Diego Pacheco, se relaciona con las luchas gremiales. Así relatan que hacia fines de la década del '20 o principio de la década del '30, en tiempo de las compañías Inglesas, se trajeron obreros indios para "romper las huelgas". Estos trabajaban con turbantes, recuerdan dos apellidos: SING KANG
También recuerdan otra huelga, en el año 1961 (tiempo de Frondizi) aclarando que las huelgas no eran para solicitar aumento de sueldo, sino para lograr leyes de conquista social.
La ley que regía las relaciones laborales era la 11544, que Frondizi quería reformar.
En este año se realizaron cuarenta y dos días de huelga, siendo penados con un régimen militar: los llevaban a los cuarteles y les cortaban el pelo.
También recuerdan que durante la 2º guerra mundial, no llegaba el carbón de Inglaterra, por lo que el tren funcionaba a leña. Había un operario denominado pasaleña, función que fue cumplida por Juan Herrera que era pasaleña de un pueblo a otro. Al llegar al pueblo de destino, se quedaban en las casas del ferrocarril que eran llamadas comunas. Allí disponían de todo aceite, azúcar etc. Debían poner dinero por lo que usaban, y se reponía para que siempre hubiera.
El señor Fredefildo Martín quien cumplió diferentes tareas (maniobrar, señalar, boletos, etc.) recuerda algunos aspectos relacionados con el funcionamiento del ferrocarril, como despachar el ferrocarril con la mano o con bandera verde.
También hizo referencia al servicio ambulancia, (Máquina a vapor 4127) que estaba en Hucal. Se mantenía siempre a vapor, es decir, encendida, de modo que si ocurría un accidente, estaba lista para salir.

El horario a cumplir era sagrado. Siempre debían estar bien uniformados con la ropa provista por la compañía: uniforme de invierno o de verano, capa para agua, reloj...
Con el silbato, indicaban a pasajeros y familiares la partida del tren: un silbato era para que se bajaran los que se estaban despidiendo, dos silbatos, el tren arrancaba.
Estos protagonistas, recuerdan con mucho sentimiento al movimiento obrero La fraternidad. El 20 de Junio, era el día de la Fraternidad, y se organizaban fiestas. Fredefildo Martín, relató que cosechó grandes amigos en estas reuniones, que se realizaban con mucho respeto, compañerismo y eran muy familiares.
Del Diario La Arena, fechado el 9.07.1994, pudo rescatarse otra vivencia: la emigración de población al Chaco, en la cual cumplió un rol fundamental la Estación Sur, ya que las dos estaciones designadas para la partida, fueron la Estación Sur de Toay y la de Carhué.
Este hecho se produjo en el año 1931, (tiempos difíciles, como ya vimos, para nuestra provincia) año en el que muchos colonos de La Pampa, fueron tentados para radicarse en colonias del Chaco por parte de la Sociedad "Unión Germano Argentina".
Por último, cabe señalar que el día 30 de Agosto, fue declarado Día del Ferroviario, por ser ese día, pero del año 1857, en que se inició el servicio en el país.

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