El
Ferrocarril
Lugares
olvidados
Visitando
el acontecer ferroviario en La Pampa, por estudio
o por simple curiosidad, se suele encontrar algunos
aspectos insólitos, por ejemplo el de las estaciones
abandonadas o desaparecidas. En la línea del antiguo
Ferrocarril Sur, hoy Roca, a apenas un kilómetro
de Catriló, los indicadores carreteros (no ferroviarios)
marcan un sitio: Cayupán. Años atrás, muchos,
allí paraban los convoyes del Ferrocarril Sur
que se dirigían hacia Córdoba. Como no tenían
convenios de reciprocidad en la atención de los
trenes, se daba el absurdo de que en los lugares
en que se cruzaban las líneas Oeste y Sur, este
último ferrocarril debía construir un apeadero
y lugar de reparación de máquinas al no disponer
de las instalaciones del Oeste, generalmente ubicadas
en las cercanías del lugar. Y lo que fue Cayupan
con respecto a Catriló se dio igualmente en Carlos
Berg con Pico. Ambos lugares son hoy nada más
que un recuerdo ferroviario. Cayupán una arboleda
y un caserío a la vista de Catriló; Carlos Berg
una casa ferroviaria habitada y un tanque en ruinas,
todo ya como parte de una barriada piquense que
tomó el nombre del antiguo paradero. Otro tanto
sucedió con Yacuará, pequeño desvío y parada de
trenes próximo a Realicó, que perteneció al F.C.Sud.
Otro
caso singular es el de Toay Sur, una estación
ya desaparacida, en la que paraban los convoyes
procedentes de Bahía Blanca. Como no existía en
el lugar mesa para dar vuelta las máquinas se
había construído un triángulo de rieles para esa
maniobra. Hoy todas las instalaciones han sido
levantadas.
Algunos
casos de relación entre poblaciones y ferrocarril
son realmente patéticos. El de Parera, por ejemplo,
un pueblo que se quedó esperando en vano las vías;
quedó marginado por el lado sur, (el ferrocarril
se detuvo en Luiggi) y por el norte, los rieles
siguieron de Realicó a Maisonnave y Quetrequén.
Melicurá,
en el extremo sudeste de la provincia, llegó en
cambio a tener atisbos de pueblos pero al ser
dejado de lado por la traza del ferrocarril a
Zapala prácticamente se agotó y desapareció, deshabitándose.
Los restos mínimos de casas que quedan hoy lo
muestran como un pueblo fantasma, prácticamente.
Hucal,
por la época que fue punta de rieles recibía la
consignación de cargas de una vasta zona, tuvo
galpones de máquinas e instalaciones comparables
a las de General Pico, el mayor centro ferroviario
de la Provincia. Esas instalaciones incluían los
clásicos barrios ferroviarios y, como el resto,
hoy se hallan inactivas.
Otros
lugares y estaciones también sufrieron con el
tiempo un destino fantasmal; General Acha tuvo
talleres ferroviarios que posteriormente fueron
levantados. Cachirulo, Utracán, Ricardo Lavalle,
Apuyaco y Ceriola se convirtieron en lugares de
paso de trenes, apeaderos despojados de toda importancia
como estación.
FUENTE:
folleto publicado por la Dirección de Prensa del
Gobierno de La Pampa, en el año 1971, en conmemoración
a la semana de La Pampa.
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