Volcanes
extinguidos en el oeste pampeano

Una
orografía poco conocida
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La Payunia
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En
el Oeste de La Pampa cerca del límite
con Mendoza, existe una serie de pequeñas
elevaciones, vestigios de volcanes que
hace 600.000 años estaban en plena
actividad. Fueron el producto de un mismo
fenómeno que provocó la
aparición de la Cordillera de los
Andes: el choque de la placa de Nazca
(por debajo del océano pacífico)
con la placa continental Sudamericana.
Los volcanes tuvieron una vida breve,
de varios días a algunos meses,
pero suficientemente extensa como para
arrojar abundante lava y formar conos
de decenas de metros sobre el terreno
circundante. Eran volcanes tranquilos,
como los de Hawai o de Islandia, con eventos
de mayor explosividad . Un joven científico
pampeano los estudió durante dos
años y produjo la primera investigación
completa y profunda sobre estos cerros.
Se
trata del geólogo Gustavo Walter
Bertotto, quien concentró su estudio
en tres elevaciones ubicadas en la franja
más lejana del territorio pampeano
—en los departamentos Puelén
y Chical Co - “Agua Poca”,
“Amarillo”, y “Del Nido”.
Después de concluida esta primera
parte de la investigación, el ahora
licenciado encaró el estudio de
afloramientos similares en la provincia
de Mendoza.
Arcos
volcánicos
-Los volcanes forman parte de un enorme
“campo lávico” que
comienza en Mendoza y se extiende, con
una dirección general NO-SE, hacia
La Pampa, penetrando el territorio pampeano
hasta llegar a la cuenca de los ríos
Atuel y Salado-Chadileuvú. El campo
de lavas se conoce como “Payun Matru”
y es lo que los pampeanos denominamos
la “meseta basáltica”.
Los volcanes pampeanos se formaron cuando
la placa oceánica pacifica chocó
con el continente sudamericano. Esta,
al ser más “liviana”
por su composición silícea,
cabalgó por encima del basamento
oceánico y provocó la formación
de una cordillera (la cordillera de Los
Andes) y de arcos volcánicos. Los
arcos volcánicos son sucesiones
de volcanes que se alinean en forma paralela
a la franja de “subducción”
(la zona donde la placa oceánica
penetra por debajo de la corteza continental).
Algunos de los volcanes formados en ese
momento están apagados (los mendocino-pampeanos),
otros se encuentran en estado latente
-- el Volcán Lanin - y otros se
hallan en plena actividad, como el volcán
“Hudson”, que hizo erupción
en el año 1991, o el “Copahue”,
que por estos días arroja lava
y ceniza.
En diálogo con Caldenia, Gustavo
Bertotto señala que “aunque
no hay una relación directa con
la cordillera de Los Andes, nuestros volcanes
son contemporáneos con la formación
de la cordillera”.
Los cerros pampeanos estuvieron ubicados
en la parte posterior del arco volcánico,
comenta el joven investigador. “El
vulcanismo de retroarco —señala—
también se genera a partir de la
subducción de una placa oceánica
bajo una placa continental, pero está
en posición detrás del arco
y generalmente se da por fenómenos
de extensión”.
“Ocurre en un momento en que hay
un relajamiento de la placa superior,
la continental, que produce fallas normales
y por ellas asciende la roca fundida,
es decir, el magma”. Alternativamente,
este vulcanismo se conoce como de “erupciones
fisurales” por este motivo. En algunas
de las fotografías aéreas
que consultó Bertotto se alcanzan
a percibir las fallas de la corteza terrestre
que permitieron el ascenso del magma y
la generación de los centros eruptivos.
Así
debió verse la erupción
de alguno de los volcanes del oeste
pampeano.
(Fotografía tomada de “Eruption
of Hawaiian Volcanoes “. U.
S. Geological Sutvey). |
Petrografía
y geoquímica
El análisis al microscopio de las
rocas extraídas de los volcanes
pampeanos arrojó que son similares
a las encontradas en Mendoza, resultado
previsible por tratarse del mismo fenómeno
eruptivo. “Se hallaron algunos xenocristales,
cristales que vienen del ‘manto’
- la zona por debajo de la corteza terrestre,
donde se forma el magma -, que se rompieron
por la violencia. No llega a la superficie
un trozo de roca, sino pequeños
cristales, o sea xenocristales”,
puntualiza Bertotto.
Sin embargo, el estudio cte los elementos
químicos de las muestras dio rocas
“un poco diferentes a las mendocinas”.
“Cada roca está formada por
elementos mayoritarios, elementos mínoritarios
y elementos traza. Mientras que los elementos
mayoritarios son idénticos en ambos
sitios, los elementos minoritarios y los
traza tienen ciertas diferencias”.
Estos elementos diferenciadores “permiten
estudiar la procedencia de las rocas y
las afinidades con un ambiente tectónico
específico”.
Mientras que la composición química
de las rocas mendocinas revelaba una procedencia
tanto del “intra-arco” como
del “retro-arco”, las pampeanas
también son una mezcla de las dos
zonas, aunque marcadamente del “retro-arco”.
El análisis géoquímico
incluyó la datación de una
muestra de roca extraída del volcán
“Agua Poca”, el más
elevado de los tres. La muestra fue enviada
a un laboratorio de San Pablo (Brasil),
donde los estudios arrojaron una edad
de 600.000 anos, con un margen de error
de 100.000 años. “Es decir,
que la edad
del cerro está entre los 500 y
700.000 años”, remaracó
Bertotto. Para el cerro “El Nido”
se infiere una edad similar, mientras
que en “Amarillo” se supone
que es aún más antiguo como
consecuencia del gran desgaste erosivo
que muestra el cono.
Similares a los volcanes hawaianos las
erupciones de los volcanes pampeanos fueron,
en términos generales, medianamente
tranquilas. Pero hubo momentos de mayor
violencia, eventos explosivos que provocaron
la desintegración de las rocas.
En términos volcanológicos,
se dice que fueron una combinación
de dos estilos eruptivos: el hawaiano
y el estromboliano. El estilo hawaiano
remite a los volcanes de las islas Hawaii,
duran días y días, formando
ríos de lava que desembocan en
el mar. El estromboliano, al volcán
“Stroboli”, en Italia que
se caracteriza por sus reiterados eventos
explosivos.
Precisamente, Bertotto detectó
qu la desaparición de algunas partes
del cono volcánico pudo ser consecuencia
de una fase eruptiva de carácter
más agresivo que lo habitual, una
explosión que voló parte
del cráter.
“Cada estilo eruptivo es característico
de un tipo de lava y en este caso son
lavas básicas, que son las menos
explosivas”, puntualiza el joven.
Las lavas ácidas son las que producen
las erupciones más fuertes y violentas.
“Las rocas presentan poca atrición,
es decir poca rotura de fragmentos, por
eso los fragmentos que forman los conos
son de gran tamaño, mayor a 6 centímetros
de diámetro. También hay
evidencia de salpicadura de lava, llamada
“patter”e indicios de bajo
contenido gaseoso. Son las erupciones
menos peligrosas”, remarca.
El estilo estromboliano “presenta
características parecidas, pero
es un poco más explosivo por un
mayor contenido de gases. Esto hace que
la rotura de las partículas sea
más intensa, precisamente por ser
más explosivo que el hawaiano.
Hay partículas más finas,
hasta cenizas”.
Esta clasificación teórica
es difícil de aplicar en la práctica.
“Hay muy poca diferencia entre una
y otra. Incluso puede suceder quehaya
sucesiones, que un mismo volcán
tiene partes que se comportan como estrombolianas
y partes como hawaianas. No es raro, hay
ejemplos actuales en los que se ve esto,
como en Islandia”.
“De cualquier manera, si hay que
definirse por uno, es el hawaiano. Ese
fue el estilo eruptivo dominante”,
remarca el investigador.
Si bien cada volcán en forma individual
tuvo una vida corta, Bertotto remarca
que todo el arco volcánico permaneció
activo durante millones de años.

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